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Cómo evitar que nuestros hijos sean racistas

May 30th, 2020

Los Estados Unidos de Norteamérica tiene una historia de grandeza. Gente humana que hace mucho por el prójimo. Sin embargo, también tiene una historia de racismo, definido como actos de discriminación o antagonismo contra personas de otra raza debido a la ilusión de superioridad. El año 2020 ha sido difícil para el mundo debido a la pandemia del COVID-19. Adicionalmente, en este mes de mayo, hemos sido testigos de la matanza de George Floyd, un hombre de raza negra, debido a la fuerza de un policía blanco. La mayoría de los policias hacen su trabajo con profesionalismo y exponen sus vidas para protegernos. Sin embargo, las personas de raza negra han sufrido racismo durante décadas y este asesinato desató protestas que se volvieron violentas en varias ciudades. Vemos imágenes diarias de disturbios en las calles, incendios, enfrentamientos entre los policías y los protestantes, y otros actos violentos. Periódicamente se ven los videos del asesinato de George Floyd. Es natural que los seres humanos tengamos muchas emociones en estos momentos. Podemos sentir ira, decepción, enfado, indignación, debido a la muerte de un ser humano y debido a los sucesos siguientes. Este momento en nuestra historia nos hace reaccionar y ver la importancia de que tenemos que evitar que nuestros hijos crezcan con prejuicios racistas ya que, si es así, este problema nunca logrará solución y el dolor humano seguirá latiente.

Primeramente es importante saber que el mundo puede estar cayendo por fuera, pero dentro del hogar podemos mantener un ambiente seguro para la salud emocional de nuestros hijos. Los padres somos las personas más importantes para ellos y nuestra manera de reaccionar tiene un impacto muy grande en su desarrollo. Aunque debemos evitar exponer a nuestros hijos a las imágenes del momento, es posible que estos momentos traumáticos pueden dejar impresiones profundas en los niños y adultos, afectando nuestro funcionamiento cognitivo, emocional y corporal. Es importante que tengamos conciencia de cómo las adversidades nos afectan y que tomemos los pasos necesarios para protegernos nosotros y proteger a nuestros hijos. El racismo causa mucho dolor en el ser humano, y lo que estamos viviendo a través de las protestas es el lenguaje de ese dolor. Si analizamos profundamente lo que está sucediendo y pensamos a través del lente de amor por nuestros hijos, podemos llegar a la conclusión de que una de las características que debemos eliminar de su naturaleza es el racismo. Tomemos entonces los pasos necesarios para lograrlo.

Algunas sugerencias para procesar este momento:

  • Todo lo que está pasando tiene mucha trascendencia, pero los problemas no son eternos. Tengamos la esperanza de que de todo esto servirá para lograr reformas y bienestar para nuestros hermanos de todas las razas. Somos una sola raza humana. Si un grupo es excluido del privilegio que todos merecemos, no estamos siendo humanos con todos.
  • Debemos minimizar actividades que dividan más a la población y evitar hacer comentarios en nuestros hogares que afecten a nuestros hijos permanentemente. Los niños aprenden el racismo de los padres y de la sociedad. Ningún niño nace racista (ni xenófobo, ni nada por el estilo). ¿Hemos hecho comentarios en casa en contra del color de piel de una persona de raza negra? ¿Hemos hecho un comentario en contra de otro grupo étnico? Entonces le estamos enseñando a nuestros hijos a ser racistas y xenófobos. Todo empieza en casa.
  • Debemos buscar momentos en familia para tener conversaciones profundas y enseñar a nuestros hijos a valorar a todo ser humano. Esto significa que nosotros mismos tenemos que analizar profundamente cómo pensamos. Está bien admitir que nuestra propia crianza nos ha hecho tener reacciones racistas o xenófobas y que estamos haciendo lo posible para corregirnos, ya que valoramos a todo ser humano. Nuestros hijos merecen escuchar que nuestra intención es crear un mundo de aceptación y equidad.
  • Podemos tomar acción buscando organizaciones que ayuden activamente a las poblaciones afectadas. Por ejemplo, los adultos podemos hacer donaciones a estas organizaciones para ayudar a nuestros hermanos de raza negra. Podemos exigirles a nuestros líderes que creen reformas escribiéndoles o llamándolos. Podemos hacer actividades con los niños, como por ejemplo, ellos pueden dibujar para expresarse y colocar sus dibujos en un lugar donde los que están sufriendo puedan tener una voz amiga. En todo momento, debemos verbalizar que todos somos iguales, y enseñarles a nuestros hijos a valorar a todas las personas por igual. Enseñémosle a nuestros hijos desde temprana edad, que ellos no tienen que estar silenciosos observando el racismo. Ellos pueden aprender a expresar que sienten amor por el prójimo.
  • Podemos enseñarles a nuestros hijos que no deben ser expectadores del racismo y enseñarles que las víctimas pasan momentos difíciles cuando son atacados. Enseñémosles a nuestros hijos maneras de ayudar al prójimo. Hay muchas técnicas para intervenir siempre de una manera segura como crear distracciones preguntándole algo a la víctima, buscar ayuda, documentar los actos racistas, asegurarnos que la persona afectada esté segura, o intervenir más activamente si es seguro hacerlo. Como sociedad, tenemos que dejar de ser expectadores del racismo y tomar acción para erradicarlo.

Hay muchas actividades más que podemos hacer pero esto es un comienzo. Los padres tenemos la capacidad de proteger a nuestros hijos y podemos lograr que crezcan como personas inclusivas, empáticas, justas y con amor hacia el prójimo. Empecemos a erradicar el racismo con actividades dentro de nuestro propio hogar. Al hacer esto, podremos minimizar la posibilidad de que estos momentos difíciles en nuestra historia pasen al olvido o que se queden en su recuerdo sólo como eventos traumáticos para ellos. Los padres tenemos un trabajo importante. Organicemos a nuestra familia de tal manera que podamos salir victoriosos en el otro lado de la crisis, con el corazón más lleno debido al acercamiento que sentiremos al fomentar amor entre los seres humanos. Tomemos las riendas de esa responsabilidad como padres. Nuestros hijos merecen un mundo mejor.

 

—- La Doctora Monica Oganes, Ph.D. es psicóloga y se dedica a la psicología escolar y la neuropsicología clínica. Puede ser contactactada en sus clínicas de Miami (305) 800-9399 y Orlando (407) 809-5680. En las redes @DrMonicaOganes.

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