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Cómo ayudar a los niños después del Huracán Irma

September 10th, 2017

como ayudar a ninos huracan irma grandeExperimentar un huracán, un tornado o una inundación puede ser especialmente traumático para niños y jóvenes. La devastación del entorno familiar puede durar mucho tiempo y provocar una gran angustia. Los niños observan a los adultos importantes en sus vidas para que los guíen sobre cómo controlar sus emociones durante y después de la amenaza inmediata. Los padres y maestros pueden ayudar a los niños y jóvenes a sobrellevar las consecuencias de un huracán u otro desastre natural manteniendo la calma y asegurándoles a los niños que están preparados para lo que se presenta.

Después de un huracán suceden una cantidad de reacciones emocionales frecuentes. Sin embargo, las reacciones de los niños pueden variar de acuerdo con la edad y el nivel de desarrollo. ¿Qué podemos observar en los niños?

  • Niños de edad pre-escolar: Comportamientos de regresión como chuparse los dedos; hablar menos, ansiedad.
  • Niños de edad primaria: Poca atención/concentración, no querer ir a la escuela, irritabilidad, dependencia, agresión, molestias físicas, pesadillas, aislamiento social.
  • Niños de edad intermedia y secundaria: problemas para dormir y comer, agitación, aumento de conflictos, molestias físicas, conducta delictiva y poca concentración.

Varios factores de riesgo pueden afectar la gravedad de las reacciones de un niño o adolescente. Estos incluyen la exposición al evento real, lesión física o pérdida de un ser querido, nivel de apoyo de los padres, distanciamiento de su hogar o comunidad, nivel de destrucción física y riesgos pre-existentes, como una experiencia traumática previa o una enfermedad mental.

Huracanes: Por lo general, los huracanes se pronostican con anticipación para que las comunidades tengan tiempo de prepararse y las familias puedan reunir provisiones y evacuar sus viviendas, si fuese necesario. Aun así, existe la posibilidad de sentir miedo y ansiedad por el impacto potencial de la lluvia y los vientos feroces. Los niños pueden mostrar sobresalto exagerado, ansiedad y un gran estrés durante un huracán o inmediatamente después de éste. En consecuencia, los niños pueden volver a experimentar reacciones de estrés similares cuando ocurran fenómenos meteorológicos graves posteriores.

Tornados: Por lo general las personas tienen poco tiempo de prepararse para los tornados. Puede ser difícil afrontar las vistas y los olores de la destrucción que se ve después de un tornado. Además, se ha observado que la “culpabilidad de supervivencia” es un desafío de afrontamiento especialmente común. Por ejemplo, algunos niños pueden sentir culpa porque aún tienen una casa donde vivir mientras que su amigo no la tiene.

Inundaciones: Las inundaciones repentinas son las más peligrosas de estos desastres frecuentes, ya que ocurren sin advertencia y se mueven a grandes velocidades. La mayoría de las inundaciones no bajan de nivel durante la noche y los residentes pueden tener que esperar días o semanas antes de que puedan comenzar los esfuerzos de limpieza, lo que resulta en un retraso en la recuperación emocional.

La recuperación lleva tiempo. Es posible que los sobrevivientes tengan que lidiar con las consecuencias del desastre durante meses o incluso años. La preparación previa y la coordinación con agencias de respaldo facilitarán la resolución del problema y brindarán un mayor apoyo a las familias. Los cambios causados por las experiencias del desastre crean una “normalidad nueva” para los sobrevivientes.

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Estrategias útiles para los adultos durante y después de un huracán:

Permanezca tranquilo para dar tranquilidad. Los niños observan a los adultos, especialmente los niños pequeños. Reconozca la pérdida o la destrucción, pero enfatice los esfuerzos de la comunidad para limpiar y reconstruir. En la medida de lo posible, asegúrese de que la familia y los amigos se encargarán de ellos y que la vida volverá a la normalidad.

Reconozca y normalice sus sentimientos. Permita que los niños discutan sus sentimientos y preocupaciones, y que hagan cualquier pregunta que puedan tener sobre el evento. Escuche con empatía y deje que sus preguntas sean la guía. Un oyente empático es muy importante. Hágales saber que sus reacciones son normales y esperadas.

Anime a los niños a hablar sobre eventos relacionados con el desastre natural. Los niños necesitan una oportunidad para discutir sus experiencias en un ambiente seguro y aceptable. Proporcionar actividades que permitan a los niños procesar sus experiencias. Esto puede incluir una variedad de métodos (tanto verbales como no verbales) e incorporar diversos proyectos (por ejemplo, dibujo, historias, música, drama, grabación de audio y video). Busque la ayuda del psicólogo escolar, consejero o trabajador social si necesita ayuda con ideas para abrir el diálogo.

Promueva destrezas positivas de resolución de problemas. Utilice actividades que enseñen a los niños cómo aplicar las destrezas de resolución de problemas y cómo lidiar con el estrés relacionado al huracán. Ayude a los niños a utilizar métodos realistas y positivos que aumenten su capacidad de manejar su ansiedad, identificando las estrategias que encajan en cada situación.

Enfatice la resiliencia de los niños. Concéntrese en sus cualidades. Ayude a los niños a identificar lo que han hecho en el pasado que les ayudó a sobrellevar la situación cuando estaban asustados o molestos. Háblele sobre otras comunidades que han experimentado desastres naturales y se han recuperado.

Fortalezca la amistad de los niños y promueva el apoyo entre sus compañeros. Los niños con apoyo emocional fuerte de otras personas son más capaces de hacer frente a la adversidad. Las relaciones de los niños con sus compañeros pueden ayudarlos a disminuir el aislamiento. En muchas situaciones de desastres naturales, las amistades pueden ser interrumpidas debido a las reubicaciones familiares. En algunos casos, los padres pueden estar menos disponibles para proporcionar apoyo a sus hijos debido a su propia angustia y por sentirse abrumados. Fomentar actividades en que los niños trabajen cooperativamente en grupos pequeños pueden ayudarlos a fortalecer las relaciones de apoyo entre compañeros.

Preste atención a sus propias necesidades. Tómese su tiempo y trate de hacer frente a sus propias reacciones a la situación lo más plenamente posible. Usted estará en mejores condiciones de ayudar a sus hijos si está haciendo frente positivamente a la situación. Si está ansioso o molesto, es más probable que sus hijos sientan lo mismo. Hable con otros adultos, como familiares, amigos, líderes religiosos o psicólogos. Es importante que no afrente sus temores o ansiedad aisladamente. Compartir sentimientos con los demás a menudo con un enfoque positivo hace que la gente se sienta más conectada y segura. Cuide su salud física. Haga tiempo, por corto que sea, para hacer las cosas que le gustan. Evite el uso de drogas o alcohol para sentirse mejor.

Si usted y su familia tiene dificultad en recuperarse emocionalmente, no dude en contactarnos en Miami o en Orlando. Estamos aquí para ayudarlo.

Para obtener información en la Florida relacionada al Huracán Irma contáctese con la Florida Division of Emergency Management, versión en español.

Ver nuestra información del Huracán Irma en inglés: Helping children after Hurricane Irma: Information for parents and educators.

 

 

Adaptado con autorización: © 2016, National Association of School Psychologists, 4340 East West Highway, Suite 402, Bethesda, MD 20814; (301) 657-0270, Fax (301) 657-0275; www.nasponline.org

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